miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cicatrizar



Mtro. Aníbal Rondeau

La herida abierta por el neoliberalismo en nuestra sociedad recorre todo el mapa de Uruguay como una larga línea roja que pasa por los espacios dónde luchan por suturarla los profesionales y voluntarios de la educación y la salud, con otros múltiples apoyos.

En ellos se da su encuentro con las familias y sus integrantes (niños, jóvenes y adultos), lastimadas y lastimados por las carencias de medios de subsistencia y de los afectos mínimos que permitan una vida equilibrada y en desarrollo.

Principalmente ese encuentro se da en los Caif, Jardines de Infantes, Escuelas, Liceos, Escuelas Técnicas…Allí se encuentran los amores por los niños y jóvenes, llenos de conflictos y chisporroteos…

Allí se da la confluencia de madres (sobre todo madres…), maestras y -- en estos años-- asistentes sociales, sicólogos y profes de educació n física de ANEP, INAU y gran cantidad de técnicos y profesionales de proyectos del MIDES, Intendencias y otros, además de los voluntarios de Comisiones de Vecinos, Sindicatos etc.

El importante aporte de Infamilia (las Mesas Territoriales de SOCAT) permite la experiencia de los “Nodos Educativos” como un espacio territorial de reflexión, generador de soluciones, colaboraciones, experiencias y proyecciones de futuro (proyectos educativos, culturales, productivos…).

Encarar esta tarea en clave de territorio permite ser optimistas en la capacidad real que tenemos para generar una “Red de protección” de nuestros uruguayos y uruguayas más vulnerables, de todas las edades, tendiente a generar su fortalecimiento y la tan buscada “inclusión” en una sociedad que también deberá transformarse en más acogedora.

Entonces la herida será cicatriz…y con el tiempo, ¿quien sabe?, ni se notará.

Pero ese potencial, para transformarse en realidad, nos exige ver algunos cambios necesarios. Así como pasamos del Plan de Emergencia al de Equidad, deberíamos transformar muchos proyectos que fueron y son importantes pero puntuales, en apoyos más permanentes del sistema educativo (como los maestros comunitarios que se integraron al sistema). Y el sistema educativo deberá estar más integrado al territorio en su funcionamiento. Que cada centro docente (o grupo de ellos) sea parte de una red institucional y social en su territorio para que esa comunidad educativa genere su superación material, social y cultural y la felicidad de sus vecinos (los más y los menos vulnerables).

Que veamos esta confluencia de actores en los centros docentes no significa que pensemos en más tareas para “los mismos de siempre”, sino en tareas para equipos más amplios y complejos en esos centros donde en encuentro se da naturalmente. Pensamos que la división del trabajo y la especialización del mismo deberá ser una de las reglas; la otra regla la colaboración. Y que el territorio es el lugar de trabajo planificado.

Las Comisiones de participación que prevé la ley de educación prometen ser herramientas formidables. También diremos que las estructuras del sistema educativo (no sólo sus direcciones) deben facilitar las cosas y … los uruguayos aceptar el desafío de la participación.

Habrá que asegurar un segundo gobierno del Frente Amplio.

…Y la herida sanará.

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Publicado en Participando agosto 2009.-